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viernes, 23 de febrero de 2018

Las visitas



Este es un comentario sobre las visitas, no las visitas entre amigos o parientes, sino las visitas de los dirigentes a los centros, fábricas, empresas, escuelas, con el fin de controlar y verificar. Y quiero comenzar con las llamadas visitas sorpresas, que son anunciadas con antelación.
Cuando vamos a las páginas del diccionario, el término sorpresa refiere a la acción y al resultado de sorprender.  Como hemos leído, también puede decirse que una sorpresa es una emoción repentina que surge por un suceso que no era previsto. Las sorpresas pueden ser agradables, negativas o no tener valoración, de acuerdo al contexto. Y aquí me percato de por qué casi siempre –para no generalizar- se anuncian las visitas sorpresas. ¿Entienden? Por esto último, por lo de que las sorpresas pueden ser negativas. Imagínense que llega una verdadera visita sorpresa a una de las cafeterías estatales y se encuentra con un grupo de personas que precisan de estos servicios y son mal atendidos, como ocurre muchísimas veces, por poner un ejemplo.
Y no es menos cierto que la mayoría, cuando vamos a recibir una visita en nuestra casa, tratamos de mostrar nuestra mejor imagen, una casa limpia, si podemos preparamos un café para brindar, o un refresco, cualquier detalle, pero de ahí a que pidamos prestados muebles, y hasta dinero prestado para tener una merienda suculenta –como no la tenemos nunca porque nuestra situación económica no lo permite- para aparentar lo que no somos, va un trecho bien grande.  Eso es muestra de doble moral.
La verdad que esto de anunciar las visitas que supuestamente van a controlar, a corroborar en la práctica la realidad de lo que está sucediendo, es a mi modo de ver, una muestra de doble moral. Basta llegar a algunas escuelas un día cualquiera, y otro día que estén esperando “la visita”, el sorprendido va a ser usted al ver la diferencia.
Lo mismo sucede a nivel de municipio, por ejemplo, a propósito de la visita de Díaz Canel, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, a Manzanillo el pasado mes de enero, nuestra querida y desbaratada ciudad, lució galas como pocas veces en cuanto a limpieza, al menos por donde se esperaba que iba a pasar el dirigente.
Visita de Díaz Canel a Manzanillo // Foto tomada de la ACN

Eso para mí está bien, que las calles estuvieran limpias, claro que debería ser siempre, pero bueno, eso cabe dentro de “una casa limpia” que mencioné anteriormente. Lo que me pareció mal fue que desde bien temprano en la mañana cerraran todos los negocios particulares de la principal calle comercial manzanillera ubicados en el paseo, por donde iba a caminar, y de hecho caminó un tramo. Que hubiera un silencio poco habitual, en esta ciudad que atormenta por sus bullas (eso es otro tema que hay que hablar), incluso la pantalla puesta cerca del parque Céspedes para transmitir la pelota, solo mostraba las imágenes sin audio, y que no hubiera ni un loco, ni un discapacitado, ni un merolico  por todo aquello, que siempre está lleno de ellos, lamentablemente.
En fin,  que aunque la visita no fue de las llamadas visitas sorpresa, ocurrió más o menos lo mismo, al preparar una imagen de Manzanillo que no es el que vivimos día a día los manzanilleros, para nada.   
Según publicó La Demajagua, Díaz Canel expresó que “El programa de reanimación de la provincia es muy estimulante, queda por hacer, pero apreciamos protagonismo y empeño”, se entiende que diga eso incluyendo a Manzanillo, si sólo visitó  la Unidad Empresarial de la Pesca de Manzanillo, La Lisetera, el telecentro Golfovisión, el parque Céspedes y el Bodegón Pinilla.
Si bien es de buena educación, aunque no es lo habitual entre cubanos en Cuba, avisar las visitas a la casa de amigos, o conocidos, no es el caso de que así sea cuando se trate de verificar cómo marchan los servicios, el desarrollo del territorio, y otros elementos organizativos y productivos. Yo me pregunto, ¿y por qué, o para qué avisan que van a inspeccionar? ¿Sale ganando alguien con mentirnos a nosotros mismos dando una imagen que no es la real?

"Revolución es (...) es no mentir jamás ni violar principios éticos;
es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas." Fidel

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