Siempre me ha gustado caminar por las calles de mi ciudad, que ahora con tanta caca de caballo por las principales arterias y tanta carretilla fea vendiendo productos del agro, ahí mismo cerca del parque Céspedes -el que está en el centro- no se si pueda llamarse ciudad... pero bueno, a lo que iba, en ese caminar día por día admiro las construcciones antiguas que ya se van perdiendo, ese Manzanillo de lindas edificaciones con una presencia predominante del eclecticismo y un decorado que a lo mejor mis nietos o nietas ya no van a poder disfrutar.La idea de demoler algunas de estas construcciones alteró a más de uno y creo que con razón, hace poco leí un artículo en el portal de la televisión granmense que con el optimista título Manzanillo busca su rescate aborda el tema.
